miércoles, 3 de abril de 2013

Con inmensa ternura amo el mar y el desierto; 
Y sonrío en los duelos y en las fiestas sollozo 
Y encuentro un gusto grato al más ácido vino; 
Y los hechos, a veces, se me antojan patrañas 
Y por mirar al cielo caigo en pozos profundos. 
Más la voz me consuela, diciendo: Son más bellos 
los sueños de los locos que los del hombre sabio.

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